El 8 de agosto de 1956, en la mina de carbón Bois du Cazier, en la localidad de Marcinelle (en el sur de Bélgica), una vagoneta mal encajada en un ascensor golpeó una tubería de gas y unos cables eléctricos, provocando un mortífero incendio. En el accidente perdieron la vida 262 mineros de 12 nacionalidades diferentes. De las 274 personas que trabajaron en el turno de esa mañana, solo doce sobrevivieron. La gran mayoría de las víctimas, 136, eran emigrantes italianos.

La abultada presencia de italianos en las minas belgas nos recuerda que, justo diez años antes, se había ratificado el Acuerdo italo-belga para el suministro de carbón al país alpino, en ese momento devastado por la guerra. Bajo el eslogan “Brazos a cambio de carbón” se convocaba a los hombres italianos que debían tener menos de 35 años de edad, buena salud y, sobre todo, una enorme voluntad de escapar de la miseria de la posguerra y espíritu de sacrificio para ayudar a sus familias, en general pobres y numerosas. El tratado migratorio se firmó el 23 de junio y preveía, en una fase inicial, el envío de 50 mil trabajadores italianos a cambio de 200 kilogramos de carbón al día por cada migrante.

Tras la tragedia, el acuerdo se rompió. El accidente marcó un gran impacto en el subconsciente colectivo italiano y en el movimiento obrero en particular. Finalmente, en el 45º aniversario del accidente se decidió conmemorar de manera oficial el 8 de agosto como el Día Nacional del Sacrificio de los Trabajadores Italianos en el Mundo.

En la pieza Affannosa lotta per strappare alla morte, Carrasco elude deliberadamente la violencia visual de las informaciones periodísticas de aquellos días, pero plantea un sutil homenaje a los obreros del accidente de Marcinelle.

Para ello, tomando como punto de partida la ola de frío y nieve que ocurrió en ese mismo año en Italia, utiliza las imágenes de una particular cobertura informativa en la que se muestra las cotas de nieve de diversas ciudades de la península itálica a través de una mano que sostiene una regla clavada en la nieve.

A simple vista observamos que es un artificio visual –en todas la ciudades es la misma mano y en realidad están fotografiadas en el mismo lugar–, pero la acumulación visual de estas imágenes, en las que se han respetado los desperfectos del periódico original, generan una poética que alude directamente a las cotas de profundidad de Bois du Cazier.

© Cortesía ADN Galeria – Fotografías de Roberto Ruiz

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Todo el mundo habla del tiempo. Nosotros no
ADN Galeria
2022
Barcelona, ES