El 26 de septiembre, durante la primera jornada del Oktoberfest de Múnich del año 1980, explotó una bomba casera que acabó con la vida de 12 personas inocentes. El perpetrador, Gundolf Köhler –que sería el 13º fallecido– era miembro de la milicia neonazi Wehrsportgruppe Hoffmann.

En el contexto de la violencia armada atribuida principalmente a la Rote Armee Fraktion durante la década de los años 1970, el atentado pasó inadvertido, incluso por las autoridades que debían investigarlo. Así, durante mucho tiempo, el atacante fue presentado como un “lobo solitario”, minimizando el alcance y gravedad del terrorismo ultraderechista alemán. Años después, y a pesar de los más de 200 heridos que sobrevivieron, el atentado más grave de la historia alemana (junto a la masacre de Múnich de 1972) sigue siendo una historia escamoteada que incluso ha sido borrada de la web oficial del afamado festival.

La pieza Die bleierne Zeit [Los tiempos plomizos], realizada a mano con esmalte sobre paneles de plomo, reproduce el cartel que durante sólo un día (mientras se limpiaba la escena para volver a la “normalidad”) avisaba de que el festival más importante del país permanecería cerrado. Para cada exposición el artista propone una modulación aleatoria (cada vez que se muestre la pieza esta disposición cambia), en un gesto que termina de imposibilitar su legibilidad.

© Jorge Martin Muñoz

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¿A quién pertenece la Historia?
CAB Museo de Arte Contemporáneo de Burgos
2022
Burgos, ES